Resumen: |
la honda serenidad que caracteriza la obra de Carlos Dickens tiene en Canción de navidad una manifestación más plausible y sugestiva.
El autor, cincelador prodigioso del alma humana, nos ofrece en una obra corta y acaso sin trascendencia artística, todo el encanto mágico de lo maravilloso engarzado en el metal, frío y duro, de un alma endurecida por la avaricia.
Con estos elementos, simples, y un decorado sobrio, apropiado y justo, se desarrolla el drama de un hombre, a telón corrido, en el íntimo escenario de sí mismo.
Porque esto es Canción de Navidad: la lucha, la agonía, el drama de un hombre, triste y solo, en una noche de Navidad, Una noche que dejaba caer sus copos de nieve envueltos en música de villanciscos; una noche que no encendía las estrellas, porque en cada hogar una luz débil parpadeba temblorosa, y brillaba la luz rutilante de la de en cada alma, en todas las almas. |