Resumen: |
Una de las magníficas peculiaridades de la literatura clásica rusa consiste en que siempre ha estado penetrada de las ideas del humanismo y de la justicia social. A lo largo de muchos decenios del siglo XIX, la literatura era en Rusia la única tribuna legal desde la que resonaba la voz apasionada, llena de inspiración, en defensa del pueblo, frente a la tiranía del régimen feudal-terrateniente. Acerca de esto decía muy bien el gran crítico y demócrata Bissarión Belinski que la sociedad rusa veía en sus escritores "a los únicos paladines, guías y salvadores, frente a la autocracia rusa..." |