Resumen: |
A pesar de la belleza que encierra el maravilloso mundo de la música no estamos seguros, como maestros que impartimos la cátedra, de haber sabido despertar en nuestros alumnos el suficiente interés que merece el estudio, siquiera superficial, de tan hermosa materia.
Es frecuente observar el desgano o indiferencia con que la mayor parte de los estudiantes se disponen a entrar en clase, sin la más ligera noción de lo que su conocimiento puede suponer en el transcurrir de la vida. Pocos elementos tan nobles encontrará en su cada vez más difícil camino; ningún otro lenguaje como éste, tan universal y humano, podrá conducirlo por los campos del espíritu. |