Resumen: |
Cuando hace cinco años escribimos el prólogo para la primera edición castellana de Química general, de Linus Pauling, nos pareció oportuno y conveniente iniciarlo con una breve biografía científica de su autor, que, aun cuando sobradamente conocido por los cultivadores de la Química, no lo era, sin embargo, por los estudiantes. De entonces acá, la figura del profesor Pauling se ha agigantado de tal forma que, con motivo de concedérsele el Premio Nobel de Química 1954, se ha escrito: , elogio que nos exime de insistir más sobre su personalizadad. |