Resumen: |
Un buen libro de historia es siempre un libro apasionante. Y cuando este libro de historia cuenta unos hechos arraigados en lo más profundo de la naturaleza humana, en el subsuelo donde la conciencia esconde sus más íntimas relaciones con Dios, entonces la pasión que suscita la lectura de un libro de historia sube de punto: se hace tensa, agobiante, casi angustiosa, porque en aquel libro hay siempre algo inacabado, un misterio que apenas se enciende como una luz lejanísima e inalcanzable. |