Resumen: |
Numerosas veces, en mi actividad sacerdotal, he tropezado con la paradoja de la devoción al Sagrado Corazón. Por una parte, las repetidas aprobaciones y recomendaciones de los romanos pontífices, que ya en la primera mitad del siglo XVIII dieron unos 800 breces, concediéndola diversos favores, mientras pasaban de 1000 las confradías erigidas canónicamente; y recientemente llegan a ponderarla como: "Síntesis del cristianismo y la norma de vida más perfecta" |