Resumen: |
Nada más personal e íntimo, como el amor. Y la oración tiene tanto de vivencia de fe y de amor. Cada uno, en soledad de perfecta compañia, como cantó el poeta, puede y debe vivir esos días de encuentro con el Amigo más íntimo, más fiel, pero también, más exigente, precisamente porque nos ama y quiere lo mejor para nosotros: Jesús.
Orar exige ese encuentro inter-personal, entre mi Yo y ese Tú tan lleno de misterio, pero también de cercanía. Orar es lograr actualmente, coscientemente, ese Yo-Tú, tan único y tan totalizante. |