Resumen: |
Ha sido lugar común de la historia nacional, en los últimos años, afirmar que hay una crisis sobrecogedora de nuestra sociedad. Tras cada acto de violencia, brutar y perverso, los medios de comunicación lanzan al aire la opinión de los personajes del mundo de la política, las artes, la cultura y la de los representantes de la Iglesia que denuncian la "pérdida de valores", la carencia de principios, el "vacío ético". Esta sensación de estar al desamparo nos la ha confirmado la venalidad de innumerables funcionarios de entidades oficiales y privadas. Los procesos investigativos por enriquecimiento ilícito aumentan y en cada esfuerzo regenerador que se emprende en la administración pública, se descubren nuevas irregularidades. |