Resumen: |
Existen en los museos arqueológicos y colecciones privadas del Ecuador, cientos, por no decir miles, de sellos o pintaderas hechas de barro cocido. Las hay planas o cilíndircas. De estas últimas encontramos sólidas o con perforaciones para el eje de madera sobre el que giraban. Su uso indudablemente era para decorar tejidos o, tal vez, el cuerpo humano en ceremonias especiales que requerían esta clase de pintura. Otros sellos cilíndricos tienen solamente pequeñas entrantes en los extremos para la yema de los dedos con los que se les hacía rodar.
Sellos para estampar diseños en cerámica no se han encontrado, salvo uno post-hispánico y tal vez uno que otro de uso problemático, de líneas simples en zig-zag. |