Resumen: |
La capacidad de contar cuentos es un bien natural (supongo que es un bien), sean los cuentos hablados, chismeados o escritos, pero son poquísimos quienes saben escribirlos con arte y gratitud suficiente, porque es un oficio complejo, envejecido, sin atrofia senil, a costa de afinamientos penosos, y constantemente rejuvenecido por laboriosos afanes de nuevas generaciones de escritores; mas no de esos que envenenan el aire con novedosidades de figón, infaldos de fervores parricidas contra los anteriores, como si hubiesen inventado el universo intelectual desde la a hasta la zeta. Entre aquellos pocos que, en vez de vociferar y mentir, tienen en el gesto y la palabra la ennoblecedora humildad de los artistas que buscan la verdad, cualquiera su precio, aunque saben que jamás la verdad de las cosas y los hombres será completa, entre aquellos, digo, se encuentra Abdón Ubidia. |