Resumen: |
"... La gente necesita ser y además que le digan qué es, para sentirse segura de ser quién es". Por ese sendero de angustia y búsqueda existencial, con manto de misterio, de ternura, brutalidad o crudeza delicadamente tratadas con sensualidad, atrevimiento, simpleza literaria sin subterfugios, uno transita durante la lectura de La Librería.
A momentos da terror, miedo, angustia o temor de que aquellos presentimiento que la autora va de a poco sembrando en nuestra imaginación lleguen a concretarse en la dirección que suponemos, con lo cual todo queda envuelto en ambiente de suspenso, logrando no solo la concetración del lector, sino ese impulso a leerlo de un tirón.
"La chica que cuenta la historia de la mujer que había soñado toda su vida en poner al público una librería" desliza con aire de inocencia una historia de amor, pero de ese amor racional que por serlo es mucho más porque inevitablemente llegará hasta sus últimas consecuencias. Es una historia llena de un absoluto atrevimiento y valentía para ir al encuentro de cada cruda realidad. Es amor a la búsqueda por la búsqueda, aplastando los temores y sin medir lo complicado que resulta el vivir y buscar con tanta intensidad y audacia interior. La autora se entrega limpiamente en lo literario, y en lo humano saliéndose de sus "casillas", porque está dispuesta vitalmente a no dejarse encasillar. |