Resumen: |
No es lo mismo escribir sobre las emociones que escribir desde ellas. Y qué mejor manera de expresarlas que a través de la confidencialidad de las cartas y los pensamientos. Quizás ese es el motivo de la emoción que causo permanentemente en mí la última obra de Karyna Arteaga. Una historia entrelazada y compleja como la vida misma, con personajes ajenos y cercanos al mismo tiempo. Ir descubriendo las historias vuelve al lector cómplice, lo hace ver la vida desde los ojos del padre, de la madre, de la hija, de la tía. Así " Las Cartas", más que "La librería", con sencillez y sin pretensiones, genera algo que todo comunicador busca: empatía. No se necesita ser abandonado para sentir el abandono, si la historia está bien contada y si fluye al ritmo de los pensamientos de un individuo cualquiera. La tarea de Karyna Arteaga se complejizó cuando aterrizó al corazón de los lectores las emociones de cada ser que integraba su historia, en un lenguaje senciullo y dejando al descubierto las lágrimas y sonrisas de quien se sumerge en los enredos de quienes en algún momento de la historia se vuelven protagonistas. "Las cartas" es como una ruleta, los personajes que están arriba a veces están abajo, pero siempre están vinculados con el movimiento cíclico de sus vidas". |