Resumen: |
Cuando evoca las vertientes poéticas de "Polvo y Ceniza", Eliécer Cárdenas reitera su amor por la leyenda viva de héroes carnales y concretos que, sin embargo, se han diluido en la conciencia de los ecuatorianos como mitos. Del mismo modo pausado, elegante y preciosos con el que, en su momento, rescató la imagen de Naún Briones esta vez, en "Que te perdone el viento", el diestro escritor azuayo convoca la memoria de dos ilustres figuras nacionales, separadas por la ideología y la política pero unidas, de manera distinta, en un mismo devenir histórico: el arzobispo Federico González Suárez y el general de la revolución liberal Eloy Alfaro. |