Resumen: |
Tras la desnuda elementalidad de los tres libros de las Odas, irrumpe Estravagario como el umbral fronterizo de una nueva etapa nerudiana, que en los últimos lustros de la vida del poeta, cuando más tentados podían sentirse críticos y lectores de fijar una imagen inmutable de su dicción, asombró a todos con una sorprendente y movediza variedad. Basándose en el metro corto, de base heptasilábica, o, con mayor frecuencia aún, eneasilábica -poco usual esta última en la tradición métrica castellana, y, por lo mismo, doblemente expresiva en su inestable y desazonadora cadencia, apta para sugerir el vaivén mismo de la materia verbal-, Neruda despliega en Estravagario, uno de sus libros centrales, el fundamento de una amplición de su visión del mundo y sus planteamientos poéticos, cuyo despliegue presidirá la fase de final madurez de su creación. |