Resumen: |
La buenas poesía no necesita presentación: ella misma se presenta. No así estos versos míos, fruto de un aficionado, nacidos en los intervalos de labores docentes. Fugaces horas de luna y de canción.
Causa temor aventurarse en los dominios del arte, el de los bellos peligros. Y más en estos tiempos de verdaderos sismos literarios. Y más en estos tiempos de verdaderos sismos literarios. Reina un justísimo afán por desmitizar la oesía en busca de lo absolito poético hasta que, en lo posible, nos quede únicamente su esencia, realizando lo que pedía "Archibald MacLeish: A poem should not mean but be"
Empeño dificilísimo. En este caso, yo he querido hacer mía la norma de Papini: "hay que salir de lo viejo sin caer en lo imbécil". Todavía queda mucho de los viejos metros castellanos con que ha querido vestirse mi modesta poesía. Lo mío se parece a mis años. La juventud y los poetas de oficio tienen derecho y obligación de intentar una cirugía estética en el rostro de la eterna poesía. |