Resumen: |
El avaro y Las preciosas ridículas son dos obras muy características del teatro de Moliére. Irónico observador de las debilidades humanas, el autor ridiculiza con gracia despiadada a los personajes objeto de sus críticas. En el primer caso, al viejo avariento, y en el segundo, a las señoritas provincianas deseosas de lucir en París sus modales amanerados y sus pretensiones intelectuales. Moliére es un clásico que no pierde vigencia porque es demasiado humano. Los problemas que plantea son siempre actuales. A esta temática se añade un estilo sencillo, liviano, adecuado a la burla y a la explotación del ridículo, que despierta la hilaridad del lector contemporáneo, exactamente como lo hacía con el público de su época. |