Resumen: |
No es fácil presentar un trabajo dedicado a Guayaquil, porque difícil es hacerlo sobre la fuerza dinámica de la historia, la estatura del milagro, o la raya del destino trazada por una estrella elegida.
Dedicarle un trabajo a Guayaquil, es rendir un homenaje a las páginas más brillantes de su historia, escritas con la dignidad cosmopolita de su conglomerado humano y con el trabajo creador de esos hombres y mujeres que son barro fecundo de nuestra identidad.
Este trabajo intenta presentar las imágenes de una ciudad que creció quizás con desmesura, en un desafuero urbano que llegó más allá del alcance de su angelo; pero que pudo ser encauzada por la voluntad y el brazo trabajador, no sólo del porteño de nacimiento, sino también de quienes -habiendo nacido en otros parajes- encontraron en ella la mano generosa que les dio la portunidad de ser también semilla fecunda y espíritu de su desarrollo. |