Resumen: |
Este libro es un breve recorrido por los barrios de Guayaquil, por sus calles, por las avenidas, las plazas, los parques, los frentes de agua, los hitos, en fin, por el cambio de la ciudad de siempre y su apoderamiento de parte de la ciudadanía que, recuperando su autoestima, se siente orgullosa de pertenecer a una de las urbes que seguramente se han trasformado más positivamente en las últimas dos decadas. No hay otra forma de sentir el espacio sino estando en él; mi ciudad hoy brinda espacios donde se ejerce el quehacer básico de la ciudadanía: el encuentro.
Vivir la ciudad es recorrerla, contemplarla y disfrutarla, es también asumir una posición crítica y objetiva y, sobre todo, rechazar lo que nos parece mal y exigir lo que creemos justo, es lo que nos hace pertenecer a la ciudad y nos hace ciudadanos. Es descubrir que la ciudad estará siempre con nosotros, porque a través de los siglos se hace la ciudad, se la modifica, se la engrandece con jornadas de luchas en sus calles y plazas, y esa misma ciudad penetra en nosotros y la ciudad que hacemos termina forjándonos, por eso la ciudad que hacemos es lo que somos, cuando esa singular simbiosis se produce es que nos hemos apropiado de la ciudad como ella se ha apoderado de nosotros. |