Resumen: |
El capitán Gonzáles tenia como sirviente a un humilde indio, a quien castigaba cruelmente con su látigo con puño de oro y un geme de oro por contera, un día el capitán Gonzáles tenia que viajar urgente a Huaraz y ordeno de mala manera al sirviente indígena que le ensillara un caballo.
El humilde indio fue a cumplir inmediatamente la orden de su abusivo patrón y no regreso nunca. El capitán mando buscar al asustado indio en todo el puerto.
Al no poder localizarlo se marcho solo sin poder ocultar su inmensa cólera. Dos horas después se marcho el capitán Gonzáles, el narrador garcía calderón ensillo su mula con la finalidad de proseguir su viaje.
García Calderón se encontró en el camino con el indio sirviente que había desaparecido en el puerto., este se ofreció como su guía. Después de recorrer ambos un largo camino de la sierra el humilde indio le dijo que lo esperara, y se fue rápidamente.
Transcurrieron los minutos y de pronto sonó en la montaña un poderoso ruido; algo rodó desde lo alto.
Inmediatamente a 15 metros de García Calderón atravesó un majestuoso vuelo oblicuo de cóndores, entonces observo una masa oscura que arrojaba sangre por todos lados y al rodar iba dando botes, haciendo bastante bulla y levantando mucho polvo.
Aya abajo devoraban los cóndores a la cosa caída. Al poco rato, apareció el indio sorpresivamente ante los ojos de García Calderón peguntando si había visto rodar el cuerpo del capitán Gonzáles desde el precipicio.
El indio explico a García Calderón que a veces los atrevidos cóndores rozan con el ala el hombro de viajero, entonces este rodaba desde lo alto.
García Calderón pensó que talvez existía un pacto diabólico entre los cóndores y los indios maltratados para vengarse de los abusos excesivos de sus patrones. |