Resumen: |
Cuarenta y tres años antes de la era cristiana, cierta cruda mañana de diciembre salía una litera romana de una de las más elegantes quintas de Formio. Cuatro fornidos siervos la conducían y otros tantos la escoltaban a manera de guardias. Una vez dejada la puerta exterior, la litera tomó el camino que llevaba a Gaeta; pero parece que algunos estaban esperando apostados cerca de la carretera, porque de improviso el vehículo se vió rodeado por una banda de asesinos que dieron la voz de alto. |